El Sufismo aparece en la civilización islámica a mediados del siglo II de la Hégira como un movimiento destinado a reavivar la esencia del mensaje profético: la purificación del alma exiliada para devolverla a su estado adánico. Diversas estaciones espirituales jalonan ese camino que se recorre con la ayuda del ḏikr (recuerdo de Dios), al que pronto se suma la búsqueda del éxtasis (wayd) en el samā‘, la audición mística de poesías. La primera mitad de esta obra trata sobre el Sufismo y su cosmovisión, la segunda sobre un aspecto fundamental del samā‘: la música sufí, su estructura y sus propiedades terapéuticas (sobre el alma enajenada de su esencia, pero también sobre el cuerpo porque este es el reflejo de aquella). El autor lo hace con gran solvencia centrándose sobre todo en el desarrollo que el uso terapéutico de la música sufí ha tenido en la rica tradición del Sufismo turco-otomano, explicando en detalle la «ciencia del makam», sus diferentes efectos terapéuticos, ilustrados incluso con referencia a investigaciones independientes.